El melazo es la única miel que no es de origen floral; de hecho, toma su nombre de la Metcalfa pruinosa (un insecto) que, alimentándose de la savia de las plantas, expulsa la parte azucarada que luego recogen las abejas. La miel permanece líquida durante mucho tiempo, presentando un color oscuro que tiende al negro. El olor tiene notas vegetales y afrutadas, de fruta cocida, mientras que el sabor es poco dulce, de intensidad media y recuerda a la melaza, los dátiles o la mermelada de higos. Envasado en tarros de 500 g o 1 kg